
Foto tomada de www.liderendeportes.com
Pareciera que un juego entre el Caracas FC y el Carabobo, no debería pasar de ser un juego de tramite, donde el equipo pequeño trate de sorprender al grande y tratar de por lo menos irse con un punto de su visita al líder del torneo, en la cancha esto fue así, Carabobo marcó primero y trato de aguantar pero no pudo y en un par de minutos el Caracas resolvió el juego con goles de alta factura por parte de Valoyes y Figueroa.
Pero mientras en la cancha los jugadores brindaban un gran espectáculo en los graderíos otros (pocos por cierto) daban otro para nada grandioso. Pareciera difícil de creer que con asistencia que no llegaba a la mitad de la capacidad del estadio olímpico y con una barra Granate que apenas contaba con 50 aficionados, se hayan presentado los inconvenientes vividos el domingo pasado, un robo de un trapo de la barra del Carabobo de parte de la barra del Caracas, originó el conflicto, que inclusive llevó a que por un par de minutos fuese parado el compromiso por el arbitro, al escuchar las detonaciones que los pocos efectivos de la PM, hacían al aire para calmar la situación, el resultado; el autobús donde vino la barra granate apedreado, al igual que otros vehículos pero en menor escala, incluido el carro del jugador del Caracas Darío Figueroa, además de la zozobra que los allí presente tuvimos que vivir para salir del estadio.
Ahora la pregunta que queda hacerse es ¿quien o quienes son los culpables de esta situación? el equipo local, ¿los fanáticos de ambas barras? ¿La FVF? ¿La Policía Metropolitana?, a mi entender en mayor o menos medida todos son responsables; es increíble pensar que un grupo de "fanáticos" pueda creer que siguiendo el ejemplo de las barras argentinas, estén ayudando al Futbol nacional, cuando al contrario este pequeño grupo de desadaptados, terminan alejando a las personas que asisten al futbol tratando de distraerse un rato de la cotidianidad y terminan topándose con estas cosas.
La FVF como siempre se lava las manos diciendo que la responsabilidad de la seguridad en el estadio es de los equipos, aunque para ordenar quitar algún trapo que no le guste si esta capacitado, pareciera además no existir mayor coordinación entre los efectivos policiales y la seguridad privada del Caracas FC, amen de la poca cantidad de efectivos que habían tanto en las inmediaciones como en el estadio.
En fin hace falta coordinar esfuerzos para evitar una tragedia mayor, cabe la pregunta de que hubiera pasado si el estadio estuviera con por lo menos 15.000 aficionados y la barra visitante superara el millar.
El trapo de la discordia.
Como comente arriba la FVF se lava las manos en cuanto a la seguridad del estadio, pero basta que aparezca algún cántico o un trapo, como en este caso, criticando la gestión de algún miembro de la misma, para que ahí si sea capaz hasta de paralizar el juego hasta que cambie dicha situación; y es que, ¿en un país democrático no es posible realizar algún tipo de critica al seleccionador nacional del equipo de futbol? además los directivos de la federación no terminan de entender que haciendo esto solo logran darle mayor atención a una critica que de no haber sido por ellos mismos no habría pasado mas allá de una anécdota.
Pero mientras en la cancha los jugadores brindaban un gran espectáculo en los graderíos otros (pocos por cierto) daban otro para nada grandioso. Pareciera difícil de creer que con asistencia que no llegaba a la mitad de la capacidad del estadio olímpico y con una barra Granate que apenas contaba con 50 aficionados, se hayan presentado los inconvenientes vividos el domingo pasado, un robo de un trapo de la barra del Carabobo de parte de la barra del Caracas, originó el conflicto, que inclusive llevó a que por un par de minutos fuese parado el compromiso por el arbitro, al escuchar las detonaciones que los pocos efectivos de la PM, hacían al aire para calmar la situación, el resultado; el autobús donde vino la barra granate apedreado, al igual que otros vehículos pero en menor escala, incluido el carro del jugador del Caracas Darío Figueroa, además de la zozobra que los allí presente tuvimos que vivir para salir del estadio.
Ahora la pregunta que queda hacerse es ¿quien o quienes son los culpables de esta situación? el equipo local, ¿los fanáticos de ambas barras? ¿La FVF? ¿La Policía Metropolitana?, a mi entender en mayor o menos medida todos son responsables; es increíble pensar que un grupo de "fanáticos" pueda creer que siguiendo el ejemplo de las barras argentinas, estén ayudando al Futbol nacional, cuando al contrario este pequeño grupo de desadaptados, terminan alejando a las personas que asisten al futbol tratando de distraerse un rato de la cotidianidad y terminan topándose con estas cosas.
La FVF como siempre se lava las manos diciendo que la responsabilidad de la seguridad en el estadio es de los equipos, aunque para ordenar quitar algún trapo que no le guste si esta capacitado, pareciera además no existir mayor coordinación entre los efectivos policiales y la seguridad privada del Caracas FC, amen de la poca cantidad de efectivos que habían tanto en las inmediaciones como en el estadio.
En fin hace falta coordinar esfuerzos para evitar una tragedia mayor, cabe la pregunta de que hubiera pasado si el estadio estuviera con por lo menos 15.000 aficionados y la barra visitante superara el millar.
El trapo de la discordia.

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